El logo es la representación visual más reconocible de una marca. Debe ser único, memorable y fácilmente identificable. Un buen logo comunica la esencia de la marca y crea una conexión emocional con el público.
La paleta de colores de una marca es crucial para establecer su identidad visual. Los colores evocan emociones y pueden influir en la percepción de la marca. Es importante elegir una paleta que refleje la personalidad y los valores de la marca.
El logo debe ser versátil y adaptable a diferentes medios y contextos. Debe funcionar bien en color y en blanco y negro, y ser legible y reconocible en diferentes tamaños y escalas.
Las tipografías utilizadas por una marca también juegan un papel importante en su identidad visual. Las fuentes deben ser legibles y representar la personalidad de la marca. Es recomendable utilizar no más de dos o tres tipografías para mantener la coherencia y la legibilidad.
Las gráficas complementarias, como patrones, ilustraciones o elementos decorativos, pueden ayudar a reforzar la identidad visual de una marca. Estos elementos deben ser coherentes con el logo y la paleta de colores, y utilizarse de manera estratégica para crear una experiencia visual cohesiva.